Desde que comenzó su andadura, he admirado y seguido en redes la programación de la Facultad Valente. El trabajo de sus responsables: poeta, profesora, colaboradores/as, para mantener viva la obra del poeta es igualmente digno de admiración, dados los tiempos de recortes a la cultura que padecemos en Andalucía.
La memoria de Valente está ligada en Almería a su casa-museo, cuyos espacios acogedores y simbólicos son también altos y luminosos como su poesía.
Además, tuve la oportunidad de leer por segunda vez estos días, la primera en Galera, en la bodega Domingo y Quiles el pasado sábado, poemas todavía inéditos de La casa de La Piedra (El Envés Editoras).
Mañana mismo os hablaré de ella.