Sí, yo soy Laura Laurel y en este libro hablo de una tierra seca y blanca que pisaron otras mujeres en otros tiempos, aunque también el verdeazul de su portada me recuerda al mar. Por eso, en uno de sus poemas más extensos, el lorquiano “Sirena de Nueva Inglaterra”, hablo de esta orilla del Atlántico y de aquella, y se lo dediqué ese día a todos los que piensan que la poesía puede cambiar el mundo, y también a quienes hacen cosas para cambiarlo.Y por supuesto, a mi hijo Héctor.
(Abajo, dos poemas de El libro de Laura Laurel, Ed. Pre-Textos, 2017)
Sirena de Nueva Inglaterra
En New Haven, Connecticut, el mar no se refleja en las aceras de asfalto
ni en los porches de madera ni tampoco en las banderas izadas en el césped
de los jardines propiedad privada
en Elm Street un hispano abrillanta las mesas donde tomarán su almuerzo
unas estudiantes de Yale University que no ven las noticias ni leen
en ningún periódico de qué manera cruzara ilegalmente para poder limpiarles
hoy concienzudamente su mesa de terraza en Maison Mathis
en New Haven un faro lejano me contempla
y también al hispano que ahora limpia las sillas y a las chicas
recién salidas del gimnasio y al joven que me cuenta
todas las salsas posibles para el sándwich y al muchacho negro
que va y viene todo el día del supermercado a la parada de autobús
New Haven es una sirena de cemento junto al puerto
que reparte su leche en los porches de madera con jardines propiedad privada
en los restaurantes de Broadway y en los supermercados de las afueras
una sirena gris y verde que no amamanta por igual a sus hijos
solamente a los que tienen jardines propiedad privada o reservan en los restaurantes
o no se quedan toda la mañana mirando por los cristales de los supermercados de las afueras
New Haven es una sirena atlántica con los brazos de acero
que come y vomita enormes contenedores de colores
que tampoco lee las noticias de más allá del Atlántico ni sabe
que hay barcos que reman con mil doscientos pies descalzos
y mil doscientos brazos agitándose con miedo por el motor ardiendo
como sí saben Lampedusa Apulia Almería o Messina
New Haven es una sirena tumbada de espaldas al océano
indiferente y quieta.
Poetas musas
Hoy hemos renunciado a nuestro oficio
de inspirar sus poemas
renunciado a escucharles porque hoy
nos hemos dado cuenta de que mienten
en cuestiones de equidad y política pero opinan
sobre la pertinencia de buscar compañera
muchísimo mejor que compañero de piso
hoy hemos renunciado a acompañarles como oficio
y también a los viejos amigos comunes
hoy hemos aprendido a caminar
en la penumbra a la que tanto temíamos
pues desde aquí se ve más claro
aunque haya que gritar también más alto
en la noche pastosa de la punzante
y luminosa libertad.